Los mexicanos comúnmente no sabemos decir que “no”. Aquí te explicamos: ¿Cómo poner límites de manera acertiva?
A los mexicanos nos cuesta mucho poner límites. Comúnmente no decimos “no quiero o no puedo”, pero no hacemos las cosas o accedemos, pero nos sentimos víctimas.
Todos nacemos sabiendo poner límites. Los niños pequeños fácilmente dicen que no, sin embargo, con el tiempo vamos perdiendo esta capacidad, debido a que aprendemos que poner límites es lo normal.
Y es que culturalmente en México por mucho tiempo poner límites era sinónimo de desacato, de desobediencia o de no querer a la persona.
El problema de no saber cómo poner límites

El problema de no poner límites es que este aprendizaje se lleva a todas las áreas de la vida. ¿Cómo? No respetándonos a nosotros ni a los demás.
A nivel personal: No respetamos nuestro espacio o deseos y, en cambio, priorizamos lo que nos piden los demás.
No sabemos quiénes somos, porque terminamos siendo aquello que los demás quieren que seamos.
A nivel familiar: Crea familias muégano que terminan lastimándose mutuamente, porque lo que se espera es que los nuevos integrantes se adapten al estilo y costumbres y no hay respeto por ellos.
A nivel escolar o laboral : Aprendemos a no respetar las jerarquías. Hoy vemos a muchos niños gritándoles o exigiéndoles a los maestros. O que golpean a sus compañeros por el simple hecho de que les caen mal.
A nivel laboral tenemos a estas personas que no respetan a sus compañeros, las reglas del lugar de trabajo y no saben trabajar en equipo.
¿Cómo comenzar a poner límites?

1. Sé honesto y pregúntate que sí te gusta y que no te gusta.
2. Si en algo no estás de acuerdo, no tienes que aceptar.
3. No temas que el otro se enoje, ya se le pasará y no es tu responsabilidad.
Fórmula mágica para saber cómo poner límites

A veces cuando queremos poner límites lo hacemos ya muy enojados, agredimos o pensamos que está bien porque estamos poniendo límites y no es así.
Por esta razón te compartimos una fórmula mágica para comenzar a poner límites:
Más, menos, más (+-+). Por ejemplo:
«Me encantaría, pero no puedo, gracias por pensar en mí.»
En el Centro del Bienestar Integral te podemos apoyar para que puedas comenzar a establecer límites.
