Los límites, lo creamos o no, son un acto de amor. Pero, ¿cómo ponerlos? Te otorgamos varios consejos prácticos.
Muchos padres a la fecha tienen serios problemas para establecer límites con sus hijos. Al Centro del Bienestar Integral continuamente nos llegan solicitudes de apoyo.
Los más comunes suelen ser: recoger su cuarto, tener hábitos de limpieza, despegarse de los dispositivos electrónicos, estudiar o estar atentos a sus clases virtuales.

Acciones no asertivas
Muchos padres, en su desesperación, gritan, amenazan o ceden. Pero ninguno de estos tres caminos es el mejor.
Gritos
Al gritar, el mensaje no llega. Lo único que reciben es la agresión propia del grito. El periodo de atención plena de los niños y adolescentes es de tan sólo 17 segundos.
Amenazas
La amenaza potencializa la rebeldía, pues hay que recordar que a esta edad se miden fuerzas.
Peor aún si los padres, por alguna razón, no cumplen las amenazas o castigos. Entonces pierden toda autoridad.
Ceder
El ceder a lo que el niño quiere, para evitar confrontaciones o para compensar nuestra ausencia, tampoco es el camino.
En estos casos el mensaje que enviamos es que ellos tienen el poder y que nosotros nos sentimos culpables.
Algunos padres optan por decirle “a ver mejor yo lo hago”, transmitiendo el mensaje de “tú no puedes”.

El peligro de no establecer límites
La falta de límites envía dos mensajes equivocados:
1. «A ti todo el mundo tiene que obedecerte, tú tienes la razón absoluta, hazla valer a costa de lo que sea».
Lo que a la postre los convertirá en verdaderos tiranos que tendrán serios problemas para establecer lazos afectivos. Pues en su mente, los demás, vinieron para servirle.
Además, seguramente tendrán muchos problemas con la autoridad, afectando su desarrollo académico y profesional.
2. «Necesitas de los demás, tú no puedes sólo».
Al resolver sus problemas por ellos el mensaje que enviamos es que siempre necesitarán de otros para hacer frente a sus deseos o problemas. Lo que los puede llevar a establecer relaciones de codependencia.
La importancia de los límites
Los límites en cambio protegen a los hijos, pues les permiten cuidarse, pero también cuidar a los otros. Les indican que ellos son sujetos valiosos, pero que también los otros lo son.
Los límites y reglas, los cuidarán a ellos, evitando que otros o ellos mismos se lastimen o lastimen a los demás, hecho que también los meterá en problemas.

¿Cómo establecerlos?
1. Empodérate, no temas a su enojo o furia, esto quizás será inevitable, pero no significa que te dejen de querer o que los estés lastimando, al contrario, los estás cuidando.
2. Establece un reglamento y las consecuencias de su incumplimiento. Éstas últimas tienen que ser inmediatas y realizables. Evita poner castigos que no puedas cumplir.
3. Sostén una plática con ellos explicándoles las consecuencias para ellos de las reglas que están rompiendo.
Por ejemplo, dejar de bañar los puede enfermar o producir malos olores que les ocasionará el rechazo de los demás.
4. Explícales también cómo sus acciones dañan la dinámica familiar y cómo te hacen sentir.
5. Otorgarles la responsabilidad de sus acciones. Es decir, si en el reglamento dice que, si no se bañan, entonces no podrán salir con sus amigos, cuando pidan permiso respondeles: “No puedes, recuerda que tú decidiste no ir con ellos, pues no te bañaste”.
7. No cedas, una regla es una regla. Recuerda el viejo refrán: “Más vale una colorada que mil descoloridas”.
8. No temas equivocarte ni lastimarlos. A la postre la falta de límites los dañará más.
En el Centro del Bienestar Integral te invitamos a que te empoderes como padre. En estos tiempos, sabemos que esta tarea es complicada. Por eso contamos con especialistas que te acompañarán en este proceso.
(Psicoterapia psicoanalítica)
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